Si tenéis niños pequeños o en edad escolar puede ser que oigáis hablar del
virus boca-mano-pie, o que vuestros hijos lleguen a padecer esta enfermedad.
Vamos a hacer un repaso de lo que es.
El también llamado exantema vírico de manos, pies y boca es
una enfermedad por lo general leve y autolimitada en el tiempo, entre 5 y 7
días de duración, que se caracteriza por la aparición de un sarpullido rojo en
boca, manos y pies. Está causado por el virus Coxsackie A16.
Este virus puede
propagarse de una persona a otra a través de pequeñas gotas de líquido que se
liberan cuando la persona enferma estornuda, tose, se suena la nariz, o
después de haber tocado algo contaminado con el virus como un juguete o la
manilla de la puerta. También está en las heces y en
el líquido de las ampollas que produce en una persona afectada.
El virus se propaga más
fácilmente durante la primera semana de enfermedad y afecta principalmente
a los niños menores de 10 años, aunque también puede afectar a adolescentes y
adultos. Esta enfermedad ocurre generalmente en el verano y principios del
otoño.
Síntomas
El tiempo entre el
contacto con el virus y el inicio de los síntomas es aproximadamente de 3 a 7
días. Los síntomas incluyen:
- Fiebre
- Dolor de cabeza.
- Pérdida de apetito.
- Dolor de garganta.
- Sarpullidos rojos planos en las
manos, los pies, la boca (garganta, lengua e incluso amígdalas) y en la
zona del pañal. Estos sarpullidos pueden convertirse en
pequeñas ampollas que suelen picar.
- Una posible manifestación muy llamativa de la enfermedad es que unas semanas después de su contagio se pueden caer las uñas de manos e incluso de los pies. Esto tiene lugar sin dolor ni complicaciones, simplemente se despegan y salen nuevas, y no hay por qué alarmarse.
TRATAMIENTO
No existe una vacuna ni tratamiento específico para esta enfermedad. No debemos alarmarnos por ello, pues es una afección leve que transcurre normalmente sin complicaciones, como muchos procesos infecciosos de la niñez.
A pesar de no haber un tratamiento específico, sí que podemos actuar para aliviar
los síntomas.
La fiebre, el dolor y el picor pueden tratarse con analgésicos y
antitérmicos adecuados. Es importante calmar el picor para evitar que el
niño/a se rasque y se haga heridas que se infecten. Si la fiebre es
alta se puede controlar con baños en agua tibia, que además ayudarán
a calmar el picor.
Recordamos que los antibióticos no funcionan porque la
infección es causada por un virus.
En caso de tener fiebre
es importante evitar la deshidratación bebiendo líquidos. Es frecuente que el
niño/a rechace alimentos o bebidas calientes, ya que le va a ser muy molesto
ingerir nada debido a las lesiones de la boca y garganta. Prueba a darle
alimentos y líquidos a temperatura ambiente o incluso fríos, los aceptará
mejor.
Una vez comienzan los síntomas, la enfermedad debería remitir en
un plazo de 5 a 7 días. Te recomendamos que acudas al pediatra para
un correcto seguimiento del proceso de forma individualizada, y especialmente
no demores la visita al médico si la fiebre no baja, hay rigidez en
el cuello o hay síntomas de deshidratación.
La única prevención es
evitar el contacto con personas que tengan esta enfermedad. Lávate las manos
con frecuencia, en especial si está en contacto con personas enfermas y enséñales
a los niños a lavarse las manos bien y con frecuencia.
Y como siempre, si tienes alguna duda consúltanos. Estaremos encantados de ayudarte.